La adipsia que seca mis versos

Xabier Novella, 2021
 
 


 

 Cuando mis besos bebían de tu sed,
 de la ambrosía que embriaga el alma,
 jugué a ser poeta; mis versos eran amapolas
 de invierno porque nací huérfano de palabras.
 Aprendí a leer la semántica de tus gestos,
 los símbolos ocultos en los silencios,
 las huellas dejadas en el diapasón de tu cuello.
 Aprendí la noética de la poesía,
 el ritmo que late en los atardeceres…

                                                           Entonces tus labios eran mis labios.

 Cuando tus besos bebían de mi sed,
 como las abejas liban el polen de las retamas,
 nació la adipsia que seca mis versos;
 una suerte de cábala que borra el entendimiento;
 el vocabulario que aprendí de tu sonrisa,
 y quise beber como se bebe en el desierto,
 con las manos agrietadas paralelas al olvido;
 antes de morir sumergido en la arena
 en una comunión de sal y fuego. 





Del libro: Crónicas de insomnios y adipsias

5 respuestas a “La adipsia que seca mis versos

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  1. Nuevamente trabajas de manera estupenda la forma y el contenido en un solo texto. Los dos hemistiquios funcionan como un Yin y Yang perfectos, separados por un solo verso que, a la vez, unen ambas partes de manera literal.
    Yo, que soy tan torpe e inseguro para escribir poesía, no dejo de asombrarme ante la prolífica producción tuya. Para escribir un poema estoy seis meses; y tú nos traes uno tras otro y ninguno baja de un excelente nivel.

    Un cálido (y sorprendido) abrazo.

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    1. Agradezco mucho tus generosos comentarios. No es que sea una producción excesiva, conozco poetas mucho más disciplinados que yo que cada día dedican horas a la escritura. En ese aspecto soy bastante anárquico, voy produciendo a ráfagas, en ese sentido voy compaginando el tiempo con los paseos y las fotografías. La foto de la entrada de hoy tiene más que ver con la forma del poema que con su contenido, por ejemplo, y ya que citas el tema del contenido y la forma del poema en tu comentario. En lo único que soy disciplinado es en acabar un poema, no suelo dejar que transcurra demasiado tiempo, en ese sentido soy un heracliteano empedernido. El poema nace de un instante concreto y en él debe nacer o morir… más adelante en el tiempo ya es otro poema. Mi inestabilidad laboral y de salud me deja mucho tiempo libre para crear una obra extensa.

      Un cálido abrazo

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      1. Pues haces bien en eso de no dejar pasar mucho tiempo entre el inicio y el fin del poema. Al menos en poesía lo mejor es un ritmo sostenido.
        Y si tú te consideras algo anárquico no sé cómo me catalogarías a mí… en fin, mejor dejémoslo ahí.

        Un cálido abrazo.

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